Psicoterapia online: un recurso en tiempos de pandemia

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Actualmente, la prestación de servicios de salud a distancia deja de ser una opción complementaria a la consulta presencial, adquiriendo relevancia como la forma más adecuada y segura de brindar respuestas a las demandas de atención en el contexto de la emergencia sanitaria.

El ámbito de la salud mental no queda fuera de este panorama y la psicoterapia online ha crecido notablemente en este último tiempo, sin embargo, qué es la psicoterapia online y cómo se lleva a cabo de manera adecuada, siguen siendo interrogantes con multiplicidad de respuestas.

Al respecto, y con el objetivo de proponer un punto de partida para abordar la temática, el Consejo General de Psicología de España define la Telepsicología como “la prestación de servicios psicológicos empleando tecnologías de la información y de la telecomunicación, mediante el procesamiento de la información por medios eléctricos, electromagnéticos, electromecánicos, electro-ópticos o electrónicos”, otorgándonos un contexto más amplio que incluye instancias de información, formación y asistencia en la aplicación de las nuevas tecnologías en salud mental.

Dentro de este marco, podemos considerar la psicoterapia on line como el uso de las tecnologías de telecomunicación con el objetivo de poner en contacto a los pacientes con los profesionales de la salud mental con fines diagnósticos y de tratamiento, y en este punto, delimitamos uno de los interrogantes planteados al comienzo. Las nuevas tecnologías ofrecen posibilidades y ventajas a la hora de realizar asistencia en el ámbito de la psicología, y más allá de la situación de emergencia sanitaria actual, se espera que continúe en aumento.

Ahora bien, en cuanto a las pautas y recomendaciones para llevar a cabo este tipo de prestaciones de un modo adecuado, ético y responsable, contamos con evidencia científica en función de las investigaciones realizadas, que nos aporta información al respecto.

Es pertinente destacar que los profesionales de la psicología, se encuentran formados para llevar a cabo atención presencial, lo que no contempla las diferencias existentes respecto de la atención a distancia, como así también el hecho concreto de que no existen propuestas formales de formación en esta última, y ello implica la posibilidad de que el desconocimiento lleve a intervenciones perjudiciales y a dificultades en el desarrollo del proceso terapéutico.

Dentro de las recomendaciones oportunas para la realización de la terapia on line, podemos citar:

  • Evaluar las tecnologías a utilizar en tanto y en cuanto cumplan con el soporte técnico necesario, la privacidad y protección de datos y las funcionalidades más apropiadas para el tipo de intervención a realizar.
  • La preparación de profesional y paciente respecto de las condiciones del espacio físico donde se va a desarrollar la consulta, la conexión a internet a utilizar, el dispositivo a través del cual se llevará a cabo y las condiciones mínimas que garanticen en la mayor medida posible la intimidad y la fluidez del contacto virtual.
  • Implementar el consentimiento informado, al igual que en la consulta presencial, pero con las particularidades propias del contacto virtual. Tener en cuenta que no en todas las demandas de consulta resulta apropiado dar respuesta a través de la terapia on line. Aquí se hace necesario conocer qué casos son los que se pueden abordar a través de este medio, y cuáles quedarían excluidos de este tipo de intervenciones.
  • Contar con recursos e información de contacto de los pacientes, a los que recurrir si fuese necesario: centros de salud cercanos, personas de apoyo, profesionales que se encuentren próximos al lugar de residencia del consultante, etc.
  • Tener en cuenta la legislación vigente sobre la terapia on line en el lugar de residencia del consultante.
  • Realizar la debida supervisión de casos.

Si bien, este listado no es acabado, si resulta acertado tener en cuenta las pautas aquí citadas a los fines de establecer intervenciones adecuadas y no incurrir en acciones latrogénicas, contemplando la flexibilidad necesaria a implementar en la actual situación de pandemia por Covid-19 que nos atraviesa en diferentes países, los efectos físicos y emocionales de la misma y las urgencias de las demandas que se presentan.

El uso de las nuevas tecnologías en la asistencia terapéutica supone una serie de ventajas, sin embargo, esta evolución supone un reto a diferentes niveles: tecnológico, jurídico, deontológico y clínico, en el que los profesionales de la psicología asumimos importantes responsabilidades y riesgos de los que debemos ser conscientes.

Nos encontramos inmersos en una sociedad digital que nos manifiesta nuevas necesidades y nuevas demandas a las que, desde nuestro lugar de agentes de salud, debemos dar respuesta. Los tiempos cambian y la manera en que profesionales y pacientes nos relacionamos, también.