Nuevos métodos diagnósticos en el paciente oncológico

images/noticias/1623842332-imagen.jpg

El cáncer constituye una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Esto hace que sea una de las enfermedades más estudiadas y un problema social prioritario a nivel mundial.

Según indica la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) un tercio de la población española va a padecer algún tipo de cáncer en algún momento de su vida.

Se trata de una enfermedad con un alto impacto psicosocial y se calcula que en el 2020 la incidencia de cáncer en España será de 246.713 nuevos casos; En la mayoría de ellos, el aumento de la incidencia es debido a una mayor esperanza de vida, al diagnóstico precoz y sobre todo debido a la exposición ambiental y a estilos de vida insanos.

Según la SEOM, en 2018 hubo aproximadamente 9,6 millones de muertes relacionadas con el cáncer y se prevé que para 2040 la cifra supere los 16 millones. Los cinco tipos de tumores con mayor mortalidad a nivel mundial sumando ambos sexos en el año 2018 fueron el cáncer de pulmón (18,4%), colonrrectal (9,2%), estómago (8,2%), hígado (8,2%) y mama (6,6%) respectivamente.

Todo esto muestra la importancia de concienciar tanto a los profesionales de la salud como a la población en general sobre estrategias de prevención de la enfermedad mediante la implantación de conductas de vida saludables, las vacunas, el diagnóstico precoz y las Unidades de Consejo Genético.

Dada su alta incidencia, se realizan cada vez más investigaciones para mejorar la prevención, detección y tratamiento del cáncer. Además, gran parte de los progresos actuales se deben al desarrollo y crecimiento del campo del diagnóstico por imágenes.

Así, la atención oncológica moderna constituye un trabajo multidisciplinar de manera que el abordaje del paciente se realiza desde una visión integral de problema incluyendo aspectos médicos, sociales, familiares, etc.

En términos generales, el equipo oncológico basa la actitud terapéutica a seguir en función de varios aspectos:

  • Diagnóstico clínico con evaluación física del paciente.
  • Diagnóstico histológico, estudio de extensión y análisis de laboratorio.
  • Diagnóstico molecular.
  • Diagnóstico por imágenes y estudios de medicina nuclear.

La necesidad de llevar a cabo un diagnóstico rápido y minucioso ha convertido a la biología molecular en uno de los campos biomédicos más estudiados, convirtiéndose en un área diagnóstica en constante crecimiento influyendo enormemente en el diagnóstico clínico y por tanto en el sistema sanitario.

Además, los avances biotecnológicos han hecho posible la aplicación de pruebas moleculares o análisis de perfil molecular. Mediante estas técnicas se pueden identificar biomarcadores tumorales.

Estas pruebas son capaces de distinguir y clasificar las características propias de las células tumorales.

La principal finalidad de estas técnicas es el desarrollo de tratamientos dirigidos y personalizados que sean altamente efectivos para mejorar el posible desenlace clínico.

Por otro lado, el término de medicina de precisión o medicina personalizada ha adquirido gran relevancia en la última década debido fundamentalmente a la necesidad de llevar a cabo estrategias de diagnóstico, tratamiento y seguimiento individualizadas para los diferentes tipos de patologías genéticas a las que nos enfrentamos.

En el área de la oncología, esto ha supuesto un gran avance clínico, ya que actualmente es posible tener un conocimiento mucho más minucioso del perfil biológico de tumor de cada paciente Hoy en día, la rápida evolución de estas tecnologías de alto rendimiento y de soporte bioinformático permiten realizar un estudio tumoral a unos niveles mucho más exhaustivos, siendo el nivel molecular el más estudiado en la actualidad. No cabe duda de que el estudio de estos fenómenos biológicos a nivel ómico continuará en crecimiento y desarrollo durante estos años, dando lugar a avances que serán muy significativos sobre todo a nivel oncológico.

Estos avances tecnológicos han mejorado también en gran medida el diagnóstico por imagen mejorando sustancialmente tanto la exploración como la localización y el análisis de los tumores.

Estos procedimientos por imagen permiten un conocimiento anatomofisiológico exhaustivo, llegando a acceder a lesiones que hace años eran prácticamente imposibles.

Estudios recientes muestran como las porfirinas han sido usadas como medio de contraste para la detección, diagnóstico por imagen y tratamiento de tejidos tumorales. En este sentido, los compuestos tetrapirrólicos siguen siendo muy estudiadas sobre todo por su gran atracción por los tejidos tumorales, localizándose muy cerca de ellos, convirtiéndose en moléculas ideales para la teragnosis.

Otra área de rápido desarrollo es el campo de la medicina nuclear capaz de detectar alteraciones tanto morfológicas como funcionales en los órganos y sistemas. Estos estudios crean imágenes basándose en las funciones corporales en vez de en las estructuras anatómicas como ocurre con las técnicas de diagnóstico por imagen más convencionales.

Lidia Rodríguez Pérez

Nuevos métodos diagnósticos en el paciente oncológico

Máster en cuidados de heridas crónicas