Los rayos infrarrojos penetran en dosis más significativas y con mayor profundidad en la piel que los UVA y UVB

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Los rayos infrarrojos penetran en dosis "más significativas y con mayor profundidad en la piel que los UVA y UVB", según ha señalado este martes en Madrid el vicepresidente de Investigación y Desarrollo de los Laboratorios Lancaster, el doctor Olivier Doucet.

En concreto, explica que al tener "mayor longitud de onda" están presentes en un 54,3 por ciento de la luz solar, mientras que los UVA y los UVB lo hacen en un 6,3 por ciento y 0,5 por ciento, respectivamente. Debido a ello, el experto sostiene que el daño que provocan en las personas, y principalmente en los niños, "es más importante".

Además, manifiesta que éstos son "una radiación electromagnética invisible" contra la que no se estaba protegida hasta ahora, y es que, desde el año 2012, Lancaster es "la única compañía del mercado con fotoprotectores contra ellos". Por ello, anima a los competidores a sumarse a este desarrollo.

En cuanto a los peligros que entraña la exposición a ellos, Doucet señala que produce "daños significativos" a nivel celular y de ADN. Así sostiene que hay "una relación directa" entre la exposición al sol y el perjuicio celular.

A ello hay que añadir el hecho de que crean radicales libres "de manera diferente" a los otros rayos solares, lo que provoca "múltiples daños cutáneos, mantiene. Al respecto, expone que se producen modificaciones en el colágeno tipo I, IV, V y VII, que son "los que controlan la epidermis".

ACELERAN EL ENVEJECIMIENTO Y DISMINUYEN LOS ANTIOXIDANTES

También distorsionan la elastina, la cual "favorece la elasticidad de la piel", y aceleran el fotoenvejecimiento, asegura al tiempo que lamenta el hecho de que haga que los carotenos y lipodemos, las defensas antioxidantes de la piel, disminuyan y "tarden 24 horas en recuperarse".

Sin embargo, hay no acaban los perjuicios que los rayos infrarrojos provocan en la piel, ya que Doucet añade a ellos la subida de temperatura, "de entre 7 y 8 grados", que provocan en la dermis. Además, aumentan los daños que generan los rayos ultravioletas.

Por todo ello, declara que se está investigando en este área para evitar "la alteración de las enzimas de reparación, la disminución del proceso de reparación celular y los cambios morfológicos de las células de la piel". Ante ello, y debido a que aún no existe ningún producto que absorba estos rayos, Lancaster ha desarrollado un sistema basado en dos mecanismos.

Éstos no son otros que la reflectación de los mismos y el fortalecimiento de antioxidantes específicos para neutralizar los radicales libres. Para ello, la compañía se ha valido de la combinación de "pigmentos nacarados, polvo de rubí y dióxido de titanio", afirma.

Según un estudio, la primera de estas funciones reflecta el 68 por ciento de los rayos infrarrojos, mientras que el segundo neutraliza el 59 por ciento de los radicales libres, por lo que, a día de hoy, "no hay un sistema que bloqueé el 100 por cien de los rayos".

De este trabajo de investigación nacen las gamas "Sun For Kids" y "Sun Sport", las cuales están disponibles en "spray" o en crema y pueden ser aplicadas sobre piel mojada. Particularizando en las de los menores, éstas responde a un factor de protección de 50.

LOS FOTOPROTECTORES DEBEN SER APLICADOS EN CASA Y CADA DOS HORAS

La coordinadora del Grupo Español de Dermatología Pediátrica (GEDP), la doctora Eulalia Baselga, indica que los fotoprotectores infantiles "deben de tener un factor superior a 30", además de tiene que ser aplicados "en casa, en cantidad suficiente y cada dos horas durante la exposición". Éstos, que tiene que ser "de amplio espectro", también deben ser "resistentes al agua y a la fricción, seguros y fáciles de aplicar", afirma.

Para ella, la posible quemadura "no es el factor más importante" por el que protegerse, ya que éste es el cáncer de piel, el cual "ha aumentado hasta situarse en los 132.000 casos de nuevos melanomas anuales". Debido a estos datos sostiene que "uno de cada 33 niños padecerá melanoma".

Los factores de riesgo que observa para esta enfermedad son el ambiental, originado por la disminución de la capa de ozono; el genético, motivado por tener la piel clara o historial de melanoma en la familia, y "el de actitud, que viene dado por la exposición intensa al sol sin protección".

Por ello, advierte de la importancia de fotoprotegerse, ya que "el 80 por ciento de la radiación solar que se recibe durante la vida se produce durante los primeros 18 años de vida". A tenor de esto, y de que el 90 por ciento de los menores españoles pasan uno hora y media diaria expuestos al sol, apuesta por "programas de educación en colegios, farmacias y consultas pediátricas".

En ellos, se debe informar de que la piel de los menores es más vulnerable al tener "la piel más fina, menos melanina y el sistema de inmunidad inmaduro", sostiene Baselga. Por ello, usar fotoprotector en los primeros años "reduce en un 85 por ciento el riesgo de cáncer", concluye.