Conviviendo con la Covid-19: Parte II

images/noticias/1623852521-ConviviendoconCovid19ParteII1536x864.jpg

La semana pasada hablamos de algunas cosas que puedes sentir durante el tiempo en que el Covid-19 visita a la humanidad. Hoy quiero centrarme en las emociones y pensamientos… los ladrillos con los que construyes tu realidad. Parece que el Covid provoca ciertas producciones en tu mente… casi como si se contagiara también a través de las emociones.

Quiero que sepas una cosa… es un secreto… ven que te lo susurro…

La realidad la creas tú cada día desde tu mente, desde tus emociones y pensamientos… Sí… así es… sé que no te lo esperabas… te voy a explicar algunas cosas más, ¿me acompañas?

Regulando mis emociones… aquietando mi mente: Tus emociones son compañeras que te visitan de vez en cuando… un poco como el Covid… que son capaces de revolucionar todo en tu mente y cuerpo. Estas emociones a veces son tan intensas que te dejan sin aliento, otras veces son más débiles y observas su presencia pero sin pelearte con ellas.

Las emociones que puedes sentir en esta etapa que estamos viviendo, son muchas: miedo, ansiedad, tristeza, enfado, frustración, impotencia, angustia… Eres alguien único y las emociones que sientes también son únicas… fíjate lo especial que eres.

Más allá de la emoción concreta que sientas, hay algunas cosas que puedes hacer para regularlas…

  • Escucha a tus emociones…: Esta escucha es peculiar porque no la haces con tus orejas, sino que lo haces con tu cuerpo. Debes saber que toda emoción se expresa en el cuerpo porque la mente y el cuerpo son uno… se comunican constantemente. De modo que la próxima vez que la emoción te visite… observa… observa tu cuerpo… ¿dónde se expresa? ¿es un nudo en el estómago? ¿acelera tu corazón? ¿tal vez te hace respirar más rápido y superficial? ¿te provoca diarrea? ¿es la causante de tu dolor de cabeza?… conviértete en detective.
  • Respira…. Si llevas un tiempo leyéndome, ya sabrás que soy fan absoluta de la respiración… obviamente porque sin ella no vivimos, pero también porque cuando comenzamos a respirar con calma y a observar este ciclo del cuerpo, la mente frena… se calma. Y esto ocurre porque cuando respiras con calma, envías la idea a tu cerebro de que no existe una amenaza para tu vida… que todo está bien. Y este sencillo paso, es la mejor manera de regular tus emociones (especialmente cuando son muy intensas).
  • Saca de tu cuerpo y mente la emoción…: En mi experiencia profesional me he dado cuenta de que saber lo que sentimos es importante, pero que también debemos sacar la emoción de nosotros. Y esto lo puedes hacer de diferentes maneras, entre ellas: escribiendo cómo te sientes, dibujando a la emoción tal y como sería si saliera de tu cuerpo, saliendo a correr para que la emoción se mueva y siga su camino, hablando con la emoción para que te indique por qué aparece…

Anticipando menos… viviendo en el presente: Tu mente quiere protegerte y eso hace que en ocasiones sea tan sobre protectora que trae hasta ti situaciones que aún no han sucedido pero que podrían ocurrir. Eso es lo que ocurre cuando anticipas… cuando empiezas a pensar en los peores escenarios posibles… “He contraído el virus… se lo he pasado a mi padre… se lo he contagiado a mis amigos, en el trabajo… ¿habré sido yo quien ha comenzado la pandemia mundial?

Tal vez te parezca un poco exagerado lo que acabo de escribir, pero tu mente funciona así… se enreda en sí misma hasta que no sabe qué hacer y te sientes profundamente angustiado y agotado.

Cuando anticipas, cuando te imaginas las peores situaciones posibles, estás viviendo en el futuro… un tiempo que aún no ha llegado y que no puedes conocer porque no eres vidente (yo tampoco lo soy). Estos pensamientos te crean mucho malestar y por eso te doy algunas pautas para que no te dejes llevar por las anticipaciones:

  • No imagines cosas que no existen en el ahora: Está bien ser previsor pero anticipar cosas negativas solo te llevará a la ansiedad, tristeza, frustración y al miedo… y cuando sientes estas emociones, eres incapaz de ir más allá de ellas. De modo que cuando seas consciente de que llegan a ti estos pensamientos, respira con calma y di mentalmente algo como… “Inspiro y alejo este pensamiento de mi mente… espiro y siento la calma que hay en mí… inspiro y el pensamiento se va poco a poco… espiro y me siento tranquilo”.
  • ¿Qué harías en el peor de los casos?: Tener pensamientos que solo te agobian no te ayuda en nada, pero tener un plan en el peor de los casos, sí. De modo que piensa en algunas cosas… ¿qué harías si dieras positivo? ¿dónde vivirías? ¿con quién te aislarías? ¿a quién avisarías para que se hiciera la prueba? ¿cómo te organizarías con tus responsabilidades?
  • ¿Qué harías en el mejor de los casos?: Recuerda que el pensamiento no es la realidad… es una anticipación de lo que puede ocurrir… de modo que al igual que puedes dar positivo en el PCR, también puedes dar negativo… ¿qué harías si no tuvieras el virus? ¿cambiaría tu vida? ¿saldrías de vacaciones? ¿qué harías el fin de semana?

No creas todo lo que dice tu mente… recuerda que ella está atrapada en el cráneo y toda la información que tiene es la que crea dentro de sí misma o la que recrea con la información que le llegan de tus sentidos.

El contagio es accidental: En caso de tener el Covid-19, tal vez hayas contagiado a otros sin saberlo. Si te has sentido culpable por ello, has de saber que has contagiado sin saberlo, tu intención no era hacer daño a otros ni extender el virus. Avisa a aquellos que has visto y con quienes has quedado antes de saber que estabas contagiado, aíslate el tiempo que te recomienden los médicos y cuando salgas a la calle, lleva mascarilla y lávate las manos de manera habitual. Aunque tengas anticuerpos, debes protegerte para proteger a otros.

Creo que esta pandemia es una oportunidad para ser más generosos, empáticos y compasivos. Y esto lo podemos lograr al llevar puesta la mascarilla… es molesta para todos, en verano da mucho calor y nos parece algo poco natural… pero al llevarla puesta te cuidas tú y cuidas a los demás… y esas emociones son las que nos hacen avanzar como humanidad.