«La fisioterapia abarca cada vez un espectro más amplio dentro de la sanidad y el deporte»

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Francisco Javier Castillo Montes es DPO en fisioterapia por la Universidad Europea de Madrid (2001-2004); Máster Universitario en recuperación funcional del deportista (UEM); Experto Universitario en fisioterapia acuática (UEM); Experto Universitario en nutrición deportiva (UCA); Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales (TSPRL); Fisioterapeuta en varias clínicas y hospitales privados (2004-2008); Fisioterapeuta en el Servicio Andaluz de Salud desde el 2008; Fisioterapeuta de la SD Eivissa (2008) categoría profesional (2ªB) y Fisioterapeuta personal del diversos deportista profesionales o de alto nivel (triatlón y tenis).

¿En qué consiste realmente la fisioterapia deportiva?

Podemos decir que la fisioterapia deportiva se centra en todos los aspectos que tengan que ver con el cuidado del deportista a nivel físico; desde la prevención de lesiones hasta su recuperación, pasando por una correcta atención durante la temporada o entrenamiento.

Entonces, ¿cómo puede ayudar el fisioterapeuta deportivo al deportista?

Una de las principales actuaciones del fisioterapeuta deportivo es aconsejar al deportista cómo realizar correctamente los ejercicios para evitar lesiones o un impacto negativo que pueda desembocar en una lesión. Esto se consigue, por ejemplo, a través de una buena postura o incluso un calzado correcto.

A parte, mediante técnicas como la masoterapia o los estiramientos, logramos una mejor y más rápida recuperación muscular post-esfuerzo, preparando al músculo para un nuevo esfuerzo y evitando una posible lesión.

Por último, en el caso de que se haya producido una lesión, la función del fisioterapeuta deportivo será la de recuperar, mediante las técnicas necesarias y la recomendación de ejercicio terapéutico, al deportista para su reincorporación a la actividad física.

¿Puede ser la fisioterapia una de las razones de éxito o fracaso del atleta, o deportista, en una competición?

Realmente, la función del fisioterapeuta durante una competición es limitada, ya que la mayoría de las lesiones necesitan una atención y tratamiento prolongado, y, a parte, el efecto de una técnica no siempre tiene un efecto inmediato.

En este caso, en los momentos previos a la competición nos encargamos de realizar tratamientos más sencillos como aplicar algún vendaje funcional, masaje, activación muscular y estiramientos. Debemos evitar en todo caso cualquier técnica que pueda entrañar algún riesgo para nuestro deportista.

Durante la competición, siempre se puede repasar algún vendaje o aplicar alguna técnica que suavice la musculatura y retrase la aparición de tirones musculares o calambres, pero poco más. No siempre se tiene el tiempo necesario para realizar una correcta exploración y valoración que determine el grado de lesión y nos oriente con el tratamiento.

Ya con la competición terminada, sí que disponemos del tiempo necesario  para explorar y recuperar al máximo a nuestro deportista, respetando siempre su cansancio y dolor muscular.

El trabajo del fisioterapeuta deportivo se desarrolla a diario, con el objetivo de llegar al periodo competitivo de la mejor manera posible.

Con el paso de los años, la fisioterapia ha evolucionado en todos los aspectos. ¿Cómo crees que ha evolucionado en el ámbito deportivo?

Junto con el desarrollo de la fisioterapia, han ido apareciendo nuevas técnicas que pueden aplicarse a la fisioterapia deportiva. Estas técnicas son cada vez más efectivas, precisas y mejor toleradas por los deportistas.

No podemos olvidar que la fisioterapia es una disciplina relativamente nueva, por lo que los avances están siendo muy importantes, y permiten el desarrollo de diferentes especialidades, por lo que se podría decir que la fisioterapia abarca cada vez un espectro más amplio dentro de la sanidad y el deporte. Aun así, la proyección de la fisioterapia, y en concreto de la fisioterapia deportiva es muy esperanzadora. En estos años la figura del fisioterapeuta en la sanidad se ha convertido en esencial, cuando hace poco apenas contábamos con un hueco en el mundo deportivo.

Cada cuerpo es diferente, al igual que cada modalidad deportiva. Sin embargo, desde un ámbito más general, ¿qué tipo de dolencias se tratan en la fisioterapia deportiva?

La fisioterapia deportiva trata cualquier alteración o lesión que se produzca dentro o incluso fuera del ámbito deportivo.

Dentro del ámbito deportivo, nos referimos en concreto a todas las lesiones que se producen por la propia actividad física como puede ser una fractura por estrés o una tenditis. Fuera de este ámbito podemos encontrarnos con lesiones que no se producen directamente por la actividad física, pero que debido nuestra morfología, biomecánica o incluso nuestro propio trabajo pueden  terminar por generar una lesión a medio-largo plazo. En este caso, es donde el fisioterapeuta deberá asesorar y tratar al deportista para evitar el desarrollo de una lesión que repercuta en su actividad deportiva. Por lo tanto, podemos decir que nuestra labor no solo se desarrolla en el ámbito puramente deportivo, sino también fuera de él, previniendo una posible lesión.

Las lesiones deportivas suelen ser muy comunes en aquellas personas que practican deporte, ¿cuáles considera que son las más comunes en aquellas personas que practican deporte con el objetivo de mantenerse en forma?

Las personas que practican deporte para mantenerse en forma o por salud, suelen lesionarse por una mala planificación deportiva. En estos casos, casi siempre son deportistas sin experiencia previa que un día deciden empezar a entrenar para adelgazar o para ganar masa muscular. En otras ocasiones, el inicio de la actividad física se realiza por una “apuesta de bar”, donde un grupo de amigo decide emprender un reto. La búsqueda de resultados rápidos y la falta adaptación anatómica y deportiva que dan los años de entrenamiento, precipita en muchas ocasiones la lesión.  

A esto se suma que sus conocimientos en materia de entrenamiento, biomecánica, nutrición, equipamiento deportivo y prevención de lesiones, entre otros aspectos, son escasos y se dejan guiar por amigos,  o el propio marketing de las marcas deportivas. Otro aspecto importante y potenciador de lesiones es el auge que están teniendo estos últimos años las pruebas de ultradistancia y lo fácil que es acceder a ellas. En muchas de estas pruebas basta con pagar la inscripción para estar en la línea de salida, y son pocos los organizadores que exigen haber realizado una prueba previa similar o un certificado médico.

Debido al elevado número de participantes que compiten en estas pruebas,  parece que cualquiera puede hacer un ironman o un ultratrail, pero la realidad es que el desafío de simplemente terminarla exige años de preparación y un amplio conocimiento personal y del medio que solo se adquiere a través del entrenamiento diario y del asesoramiento de expertos.

Lo normal en el deporte-salud sería no tener lesiones, siempre y cuando se programe un correcto plan de entrenamiento y cuidados,  y se respete el tiempo de recuperación. El descanso es tan importante como el entrenamiento.

¿Y las más graves?

Las lesiones más graves pueden ir desde una alteración hidro-eléctrica que con suerte sólo producirá calambres o tirones musculares, hasta la muerte por hiponatremia o “intoxicación por agua”. Aquí es donde quiero volver a recalcar la importancia de un amplio conocimiento de todos los aspectos que implica dominar durante la práctica deportiva, y los posibles riesgos de nuestras imprudencias. A veces no basta con beber agua. Este tipo de alteración puede provocar lesiones irreversibles en nuestro sistema neurológico, riñones o hígado.

Otra lesión grave suele ser la fractura por estrés, donde la repetición de microtraumatismos generado por actividades cíclicas de impacto, dañan al hueso hasta fracturarlo.

En determinados deportes de montaña o que incluyen giros bruscos, y no se dispone de una propiocepción adecuada, pueden surgir fracturas en los huesos del tobillo por una torcedura, o incluso una rotura de los ligamentos cruzados y meniscos, lo que nos dejará muchos meses en el dique seco.

En resumen, tenemos que ser conscientes de nuestra preparación física y con base a ello practicar la actividad que mejor nos convenga.

¿Cómo se podrían prevenir este tipo de lesiones, tanto las ocasionales como las graves?

La mejor forma de prevenir cualquier lesión es ponerte en manos de profesionales que te aconsejen y controlen la progresión de la actividad deportiva. Es importante señalar, que esta tarea es multidisciplinar, y que cada profesional tiene un ámbito de actuación en el que está especializado, por lo siempre deberemos de acudir a diversos profesionales deportivos como los licenciados en actividad física y el deporte, fisioterapeutas, podólogos y nutricionistas entre otros.

Otro punto importante a tener en cuenta es que cualquier objetivo que queremos alcanzar exige constancia y tiempo. No existen los atajos ni una poción mágica que nos lleve a donde queremos rápidamente.