¿Alternativas más allá de los medicamentos? La Estimulación magnética Transcraneal

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Alrededor de los años 90, un medicamento se alzó a la fama por su efectividad y su amplio uso entre los pacientes con trastornos depresivos: El ProzacLa depresión es una enfermedad con alta prevalencia y, según la Organización Mundial de la Salud, se estima que la padecen más de 350 millones de personas. Se considera una enfermedad al alza en las bajas laborales y la incapacidad en España. Dado que la tristeza, como el dolor, no son posibles medirlos de forma objetiva, los neurocientíficos trabajan cada vez más hacia la mejora de los medicamentos efectivos con la reducción de los efectos secundarios. 

Se ha profundizado en el abordaje psicológico y psiquiátrico y desde la Neurofisiología Clínica, en las últimas décadas se ha abierto la puerta a una técnica novedosa, no invasiva, con indicaciones precisas para determinados pacientes y reducidos efectos secundarios, denominada Estimulación magnética Transcraneal repetitiva.

Los campos electromagnéticos se encuentran en el día a día de la naturaleza y los seres vivos. Los de extrema baja frecuencia (<300Hz) se ubican en aparatos eléctricos del día a día, toda materia viva produce fenómenos eléctricos y corrientes eléctricas generadas por seres vivos: campos magnéticos.

Un campo electromagnético es un campo eléctrico y magnético, los campos magnéticos viajan en perpendicular a la corriente eléctrica.

Se basa en el principio físico de Faraday descrito en 1831.

Consiste en aplicar pulsos repetitivos de radiación magnética sobre un área a nivel craneal específico, mediante una bobina, de forma indolora, cuyo objetivo es estimular, inhibir y modular a nivel celular, de los neurotransmisores, memoria, mielinización y neuroplasticidad. Las sesiones son variables en cuanto a duración y deben tener un intervalo de repetición en el tiempo (diarias por ejemplo en un lapso de 4-5 semanas). En depresión, mayor farmacorresistente está aprobada su uso por la FDA desde el 2008 con guías claras y evidencia científica adecuada, definiéndola como una técnica definitivamente efectiva en estos pacientes.

Para la aplicación de la técnica el paciente será valorado por un equipo multidisciplinar, su especialista valorará la posibilidad de cumplir las indicaciones para el tratamiento y luego tras una valoración neurofisiológica se determinará el área de estímulo y el protocolo a aplicar, adicionalmente a ello el objetivo es reducir la medicación y contar con apoyo de psicólogos, fisioterapeutas, etc.

Además de la depresión, también se ha comprobado su efectividad en el Dolor neuropático, otros trastornos psiquiátricos, entre ellos, el trastorno obsesivo compulsivo, enfermedades neurológicas como en recuperaciones motoras, disfagia, disfasia, temblor secundario al párkinson, Distonías, y otras entidades en las cuales se están aplicando estudios con el mayor número de pacientes posibles.

A medida que avanzamos en tecnología y que, como pacientes, se exige una mayor efectividad de los tratamientos a lo largo del tiempo, es importante saber que este tipo de técnicas no farmacológicas existen y poco a poco se van implantando en diversos centros con posibilidad de neurorrehabilitación.

El reto en neurociencia es ampliar las posibilidades terapéuticas de este tipo de técnicas, disminuyendo el número de fármacos y ofreciendo la posibilidad de mejorar la calidad de vida de los pacientes.