Uno de cada dos pacientes que acude a un servicio de alergia es por una reacción en la piel

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Uno de cada dos pacientes que acude a un servicio de alergia en Europa es por una reacción en la piel, según expertos que se reúnen en Barcelona en el Congreso de la Academia Europea de Alergología e Inmunología, que constatan que la reacción cutánea de origen alérgico ha aumentado en la última década.

Según Consuelo Martínez Cocera, del comité organizador del Congreso, la alergia cutánea constituye un grupo de patologías importante en la práctica clínica por la frecuencia en la que se presenta en la población general y porque "con cierta frecuencia provocan procesos crónicos o irreversibles".

Entre las causas del incremento de la prevalencia de la alergia cutánea --principalmente dermatitis atópica y la urticaria-- en la población europea, los expertos apuntan a los productos de higiene corporal que pueden ser agresivos para la piel, la utilización de perfumes que dañan la piel o el abuso de determinados fármacos.

La principal característica común en los pacientes afectados por una alergia cutánea es el deterioro en su calidad de vida, que es percibida como la "peor", al ser comparada con el asma o la rinitis alérgica. Los pacientes con urticaria y angioedema familiar representan un 50% de todos los procesos de alergia cutánea.

"Los pacientes con urticaria o angioedema perciben que su calidad de vida es, en términos físicos, peor que la del 75% de las personas en su misma edad y edad, y, en términos psíquicos inferior a la del 80%", según Marta Ferrer, directora del Departamento de Alergología e Inmunología Clínica de la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra.

En el caso de la dermatitis atópica, se trata de una enfermedad con una elevada carga económica y social, una alta prevalencia --cada vez mayor en los países más industrializados-- y la necesidad de supervisión y cuidados constantes. En los niños, la dermatitis atópica suele preceder a la aparición de la rinitis y asma alérgica.

Los especialistas en alergología indican que realizar un estudio alergológico del paciente que presenta una reacción cutánea permite esclarecer los mecanismos alergológicos o detectar patologías relacionadas, lo que mejora la evolución de la enfermedad y disminuye las complicaciones.