La fractura de cadera es una de las lesiones más frecuentes en la población mayor de 65 años

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La fractura de cadera es una de las lesiones más frecuentes en la población mayor de 65 años, situándose la edad media en la que se produce en 80 años. Suele darse más en mujeres que en hombres, llegando a alcanzar el 80% de los casos.

La población mundial sufre un envejecimiento progresivo que pronostica un incremento de la incidencia de fracturas de cadera. Actualmente en España se diagnostican 60.000 fracturas de cadera al año. Se prevé que, en el año 2050, 6 millones de personas en el mundo sufrirán una fractura de cadera.

Representa un grave problema sanitario debido al coste socio-económico que conlleva.

La mayoría de las personas afectadas presentan alguna patología sistémica asociada al declive fisiológico del paso de los años, como pueden ser problemas respiratorios o cardiovasculares, diabetes mellitus, demencias, etc. Las tasas de morbilidad y la mortalidad llegan a duplicarse en personas que con la misma edad sufren una fractura de cadera. Como factores de riesgo 7 previos destacamos el sexo, la edad, el estado funcional y el tipo de fractura.

Hay que tener en cuenta tam­bién las complicaciones que pueden aparecer, siendo las más habituales las infecciones del tracto urinario, las úlceras por presión o los tromboembolismos. El rechazo del material de osteosíntesis no es raro y afecta negativamente provocando hospitalizaciones, necesidad de antibioterapia e incluso la retirada del material, con las consecuentes repercusiones en la salud del paciente.

La comorbilidad y las complicaciones potenciales asociadas a esta lesión requieren de una valoración exhaustiva del caso, tras la cual planificar una atención integrada, integral y multidis­ciplinar, en la que se tengan en cuenta necesidades, para plantear los cuidados más adecuados. En la medida de lo posible, el objetivo será recuperar el nivel de independencia que el paciente tenía previamente. Es imprescindible conseguir la máxima adherencia terapéutica, procurar unos cuidados continuados, en el hospital y en el domicilio, y elaborar el plan de rehabilitación.

Las causas más frecuentes para que se produzca una fractura de cadera son la osteoporosis y las caídas. Son factores cuyo riesgo aumenta exponencialmente con la edad. Las fracturas pueden ser intraarticulares y extraarticulares, que son las más frecuentes alcanzando el 60% del total del número de casos. El tratamiento de elección es quirúrgico, siempre que el estado fisiológico general del paciente lo permita. Cuando la solución quirúrgica no es posible, se lleva a cabo un tratamiento conservador, procurando una inmovilización prolongada, tras valorar las complicacio­nes potenciales, asumiendo el empeoramiento del pronóstico.

Se estima que se producen aproximadamente 1.800.000 casos de fracturas de caderas al año en el mundo.

Un 70% de estos casos son mujeres. El incremento de la esperanza de vida y la comorbilidad asociada a la edad han provocado en los últimos años un crecimiento exponencial de esta patología. Se han definido como principales causas las caídas y la osteoporosis, cuyo riesgo aumenta con los años. En el año 2050, se prevé que se producirán unos 6 millones de casos al año.

La lesión transtrocantérica del fémur se ha convertido en un serio problema de Salud Pública debido, tanto a sus altas tasas de mortalidad y morbilidad, como a las importantes cargas económicas que implica para el Sistema Sanitario. Debemos seguir trabajando en el desa­rrollo de protocolos y métodos para la evaluación del riesgo de caídas y la detección precoz de la osteoporosis como medidas de prevención.