¿Frena realmente el café el crecimiento de los niños?

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Una de las razones por las que no se suele dar café a los niños es la creencia generalizada de que la bebida con cafeína puede frenar su crecimiento, pero… ¿Hay algo de verdad en esta idea?

La respuesta es no: no hay evidencia de que el café o la cafeína frenen el crecimiento y el desarrollo infantil. De hecho, la altura de una persona se rige en gran medida por otros factores. Por ejemplo, se cree que cientos de genes son responsables de, aproximadamente, el 16% de la estatura adulta de una persona.

En este sentido, la salud general de un niño también influye, como, por ejemplo, una infección repetida durante la infancia puede ralentizar la absorción nutricional y el crecimiento óseo, como lo indican varios estudios.

Además, el hecho de que un niño tenga acceso a necesidades dietéticas importantes, como la leche, durante sus primeros años de vida, también influye en la altura, al igual que la dieta de la madre durante el embarazo, según indica una investigación publicada en la revista Nutrition Research Reviews.

Entonces, ¿por qué algunas personas todavía creen que el café puede frenar este crecimiento?

Realmente, nadie lo sabe, aunque sí que hay un par de teorías. La primera es que, en la década de 1980, varios estudios sugirieron que las personas que bebían café habitualmente, tenían un mayor riesgo de osteoporosis porque la cafeína puede conducir a una mayor excreción de calcio, aunque este efecto fuese pequeño.

Si la cafeína era capaz de debilitar los huesos, entonces era lógico pensar que, un mayor consumo en la infancia, podría conducir a una estatura más baja. Sin embargo, resultó que había otra variable en el juego: los bebedores de café también tendían a consumir menos leche, una fuente importante de calcio.

En otras palabras, probablemente no fue el café, sino la insuficiencia de calcio, la que provocó el problema. Además, investigaciones posteriores no han encontrado ningún vínculo entre la osteoporosis y el consumo de café.

Además, muchos estudios han relacionado el consumo de cafeína con efectos positivos y negativos para la salud, lo que solo contribuye a la confusión.

La otra teoría fue proporcionada por Duane Mellor, dietista de la Universidad de Aston en el Reino Unido. Esta deriva de la recomendación de que las mujeres embarazadas limiten su consumo de cafeína porque algunas investigaciones han relacionado la exposición del feto a la cafeína con un mayor riesgo de aborto espontáneo.

Actualmente, la evidencia no es concluyente, por lo que las instituciones sanitarias, como la Organización Mundial de la Salud, recomienda a las mujeres embarazas que limiten, pero no necesariamente eviten por completo, el consumo de cafeína para reducir el posible riesgo de aborto y bajo peso al nacer en los bebés.

No obstante, hay que tener en cuenta que la biología de un feto y cómo obtiene sus nutrientes a través de la placenta, es diferente de un individuo que ya ha nacido, los metabolismos no son los mismos y no se pueden estudiar o valorar de la misma forma.

Por tanto, la ciencia es clara: el café no obstaculiza el crecimiento de los niños, pero sí hay que tener en cuenta que la cafeína puede causar un aumento de la ansiedad, presión arterial y reflujo ácido, además de interferir con el sueño.

Por esta razón, son varios los profesionales e instituciones sanitarias que recomiendan que los niños pequeños se abstengan y que los adolescentes limiten su consumo de café.