«Co-creamos con el paciente un espacio donde poder expresar los temores y ansiedades que se generan tras la noticia de que va a ser intervenido de una cirugía»

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Raquel Franco Valenzuela es enfermera quirúrgica experta en la contención y acompañamiento emocional durante la experiencia paciente del proceso quirúrgico y creadora del proyecto “Facilitación Sanitaria” y “Raquel Franco Valenzuela, Enfermera Online”. Ha escrito varios libros como “¡Activa tu GPS interno!. Todo lo que podríamos vivir en quirófano si tú y yo no tuviéramos miedo” y “Camino al quirófano con RoboPAS”. Asimismo, es profesora asociada a la Universidad Rovira i Virgili en el postgrado Práctica Quirúrgica, Enfermería de Quirófano, artista (pintora) y Coach Sanitario, conferenciante impulsora de la humanización del entorno quirúrgico y el cuidado emocional en quirófano y fundadora de la Asociación Cuidados Emocionales Quirúrgicos (ACEQ) en España.

Hoy en día, afrontar una intervención quirúrgica no es fácil para el paciente y, en este sentido, surgió la Psicoprofilaxis Quirúrgica, pero, ¿en qué consiste exactamente este método?

La Psicoprofilaxis Quirúrgica (PPQ) es un modelo de intervención multidisciplinar  que se establece dentro del proceso quirúrgico mediante una visión transversal y centrada en las personas. Se focaliza en el cuidado y acompañamiento emocional ante el estrés que supone transitar por la experiencia de ser intervenido de una cirugía, desde el momento del diagnóstico. En PPQ se realiza la contención emocional de la persona y familia durante el constructo de su consentimiento informado.

Interviene todo un equipo multidisciplinar, aunque es la enfermera de quirófano el profesional de referencia que llega a liderar el proceso por su amplio conocimiento y  su asistencia en el acompañamiento dentro del sistema, el cuidado del ser humano en el entorno quirúrgico y los procedimientos invasivos que se realizan en él. Especialmente la enfermera gestora de casos prequirúrgica tiene un papel muy relevante como explico en mi libro ¡Activa tu GPS interno! Todo lo que podríamos vivir en quirófano si tú y yo no tuviéramos miedo, porque es quien prepara e informa en la fase preoperatoria a la persona a intervenir. Así como identifica si existe alguna incidencia que contraindique la cirugía.

Entonces, ¿cómo beneficia al paciente?

Beneficia al paciente en todas y cada una de sus dimensiones, de forma que co-creamos con él un espacio donde poder expresar los temores y ansiedades que se generan tras la noticia de que va a ser intervenido de una cirugía. Así mismo la persona es escuchada activamente como para ofrecer la información adecuada en cada caso y al ritmo demandante del mismo, para que se vaya construyendo el consentimiento informado y la persona sienta que se sostiene, que a demás toma un rol activo y responsable en su proceso siendo parte del equipo. Ello reporta mayor beneficio para todos en el postoperatorio: menos complicaciones para el paciente, disminución de tasas de infecciones, las estancias hospitalarias son más cortas  y existe un mejor control del dolor. Así nos lo muestra la evidencia científica.

¿Cuáles son los principales miedos a los que se enfrenta una persona cuando va a ser intervenida?

El principal miedo es a la muerte y su significado. Miedo a no despertar de la anestesia. Miedo a desapegarse de la familia. Miedo a sentir dolor intenso… Existen tantos miedos como ilusiones o fantasías posibles que podamos crear en nuestra mente ante la noticia de que nos tienen que “abrir el cuerpo” para restablecer nuestro equilibrio y salud. Por pura supervivencia nuestro organismo no está diseñado para que nos hieran aún siendo una herida dirigida y controlada como es la cirugía.

 Pero, ¿cómo se puede preparar a alguien con éxito para la operación cuando, el proceso en sí, está fuera de su alcance?

¿Qué nos hace suponer que está fuera de su alcance? Quizás la creencia limitante que todavía se muestra dentro del  propio sistema de que un paciente es poco activo en su proceso por no disponer de conocimiento. Más lejos de la realidad. Toda persona es dueña de su dignidad y aún sin disponer de experiencia y conocimiento en este entorno, sí puede adquirirlo de forma graduada en cuanto como profesionales que integramos el sistema sanitario lo facilitamos con nuestras competencias.

Las enfermeras con el cuidado. Es así  como mantenemos la humanización en este entorno que se percibe con tanta hostilidad. Y eso solo lo podemos contemplar mediante un sistema sanitario centrado en las personas y en la dignidad de su ser (seamos paciente, familias, profesionales).  Desde mi punto de vista, sin una visión transversal de empoderamiento de todos y cada uno de los actores que interaccionan en el proceso de una cirugía en la que la visión holística y el holding se da valor, no puede llevarse a cabo la PPQ.

En la actualidad, estamos más cerca de este modelo. Ya existe ese cambio de paradigma. Hemos pasado de que solo es el médico quién sabe y el resto no podemos tomar decisiones. Las tecnologías de la información y comunicación (TIC), por ejemplo, nos han permitido globalizar la información con lo que el paciente ya no es tan ignorante y el resto de profesionales que interactúan en la experiencia quirúrgica tampoco. Asimismo, la persona a intervenir tiene más consciencia y herramientas internas de desarrollo personal como para afrontar su experiencia de paciente con mayor autonomía y responsabilidad. Sobre todo porque hay evidencia científica que muestra cómo este tipo de acompañamiento con PPQ aporta tantos beneficios a la hora de afrontar una operación. Encontrar el profesional que te acompañe en el proceso es invertir en que el  desarrollo de su cirugía se presente con mayores resultados de éxito.

¿En qué condiciones cree que se deberían de hacer estas intervenciones?

Siempre que sea posible facilitar y co-crear el espacio para poder poner palabras a lo que se vive del proceso y permitir expresar las emociones que se experimentan. Manifestar y trabajar los temores o el estrés que siente la persona desde el momento en el que le comunican que para restablecer su salud, requiere de una intervención quirúrgica. Es un derecho de todos. Este espacio, sobre todo en los momentos de pandemia que vivimos en la actualidad, no necesariamente tiene que ser presencial. Puede darse de forma virtual si creamos una plataforma fiable y segura de visitas. Que a demás pueden llevarse a cabo desde nuestro hogar, un lugar mucho más relajado y seguro para nuestro sistema nervioso que si tenemos que movernos a un hospital o a una consulta clínica.

Claro está que en este servicio de cuidado y acompañamiento emocional podemos identificar algún caso que requiera de interconsulta con otro profesional como el psicólogo. Y en la plataforma es muy fácil llevarla a cabo. Por ello su idoneidad.

Facilitación Sanitaria es un proyecto que creó e inició usted, ¿podría hablarnos sobre él? ¿Cuáles son sus objetivos?.

Fue un proyecto que presenté en el 2014 en la blogesfera de profesionales sanitarios que emprendíamos con las TIC. Mi propósito era divulgar mi visión humanística del cuidado quirúrgico y la humanización en los hospitales. A raíz de un proceso personal, me abrí al mundo  con las TIC para mostrar mi misión como persona y profesional que conecté con lo que los japoneses llaman como Ikigai. Es decir, mi sentido de vida.

Con el proyecto he impulsado iniciativas como el reto de las #5palabrasmágicas enfocado en mejorar la comunicación y la transversalidad dentro de la cultura organizacional del bloque quirúrgico. O como el #retoxqmequiero que incide en el autocuidado del profesional a motivarlo para que realice ejercicio físico. Así como la creación de espacios dentro de quirófano con los que dar valor a la dignidad del ser y parar con los automatismos. Incidir en una buena alimentación que aporte energía y sin procesados ni tóxicos, como con los #healthybreak. Con ellos podemos aplicar herramientas como Mindfulness y la nutrición Plant Based, en formato de Tarros Healthy ( #cometeeltarro). Todo ello lo he llevado con el ejemplo, siendo una embajadora de esta mi filosofía de vida dentro de las áreas quirúrgicas y comunicándolo en forma de conferencias, artículos en el blog, formaciones  presenciales y online, así como trabajos de investigación presentados en Congresos.

Toda esta participación me llevó a crear mi web www.raquelfrancovalenzuela.com creando mi marca personal y escribir libros para contribuir en la mejora de la calidad asistencial.

Con este proyecto sigo dando valor a la emoción que las personas experimentamos durante el proceso quirúrgico, dentro de este escenario, ya tome acción como paciente o como profesional. Mediante un enfoque transversal a la hora de relacionarse dentro de las áreas hospitalarias, incentivamos así vías de comunicación efectivas y dinamizamos la cohesión de equipos.

El proyecto tiene como objetivos:

  • Humanizar la actividad dentro de los quirófanos. 
  • Servir de foro y punto de encuentro entre paciente, familiares y profesionales. 
  • Difundir y hacer visible los cuidados quirúrgicos para acercarlos a la población general.
  • Minimizar la estratificación de las curas peri-quirúrgicas a la población.
  • Acercar recursos humanizadores como el Coaching, el Mindfulness al entorno sanitario.
  • Facilitar el desarrollo de habilidades en el cuidado e impulsar la mejora de las conductas de salud.

Hemos llegado ya a este final de 2020 con la creación de una junta directiva que está en proceso de registrar la primera asociación con este propósito y que dará a luz el próximo 2021 con el nombre de ACEQ (Cuidados Emocionales Quirúrgicos)

Además de ser enfermera, también es coach sanitaria, ¿por qué decidió dedicarse a ello?

El Coaching es una disciplina que llega a mi vida cuando pongo enfoque a mi autonocimiento y crecimiento personal así como mi autocuidado. Cuando la integré como filosofía de vida transformé la perspectiva con la que miraba el mundo. Y eso se manifiesta también a nivel profesional. La introspección que llegamos a realizar cuando nos posicionamos desde ahí, haciéndonos buenas preguntas abiertas que nos lleven a la reflexión y nos faciliten explorar la realidad que vivimos como seres humanos, nos ayuda a elegir y tomar decisiones desde la consciencia y la coherencia de nuestra autenticidad como personas.

Aprendemos a definir objetivos reales que son alcanzados gracias a un plan de acción particular y el resultado es el éxito o lo que damos valor con él. Profesionalizar esta disciplina e incorporarla en el mundo sanitario me ha dado la posibilidad de poder desarrollar nuevas habilidades y competencias profesionales como enfermera enamorada del cuidado a un nivel de excelencia.  Porque desde el Coaching soy coherente con lo que siento,  pienso, digo y hago. Ya sabes, en el mundo sanitario tenemos mucho conocimiento técnico de lo que hay que hacer en salud y damos recomendaciones a los demás, pero quizás somos de los colectivos que menos nos  miramos y cuidamos.

Nos cuesta mucho adentrarnos a nuestras propias necesidades cuando estamos tanto tiempo fuera de nosotros atendiendo las necesidades de los demás con el cuidado. Así pues, el Coaching complementa mi actividad como enfermera gracias a su dimensión holística.

Entonces, ¿cuáles son las principales funciones de un coach sanitario?

Un coach es un especialista en trabajar con las personas. Ayuda a que estas tomen consciencia de qué es lo que les está pasando con lo que están viviendo en sus vidas y a elegir qué hacer con ello, definiendo un objetivo real y alcanzable mediante un plan de acción.  ¿Cómo lo hace?. Mediante un proceso de acompañamiento en el que el coach (profesional) realiza preguntas abiertas al cochee (cliente). Lleva a la persona que las recibe a la reflexión y explora la realidad que vive. De esta manera es la persona quien encuentra sus propias respuestas y elige qué quiere hacer con eso que descubre de ella.

El sistema sanitario está integrado por personas que están en situación de afrontar infinitos retos y que dependiendo de su autonomía realizarán sus elecciones en cuestión de la salud y la enfermedad. Por ejemplo, en el entorno quirúrgico la mayor constante es el cambio y las personas necesitan adaptarse. En ese escenario, el paciente necesita todas aquellas herramientas que le ayuden con retomar su salud personal, adaptándose cuanto antes al sistema. Y el profesional sanitario por otro lado, debe sentirse íntegro y al 100% consigo mismo para facilitar con excelencia el cuidado y la salud de las personas de forma transversal y sin jerarquías . Una de las herramientas con las que contamos para ello es el Coaching.

¿Cree que es necesario, en la situación actual que vivimos, contar con coaches sanitarios? ¿Por qué?.

Desde el inicio de la pandemia COVID19 se evidencia la necesidad de este actor dentro del sistema. El nuevo escenario nos ha traído muchos retos, como los que tienen que ver con la gestión de las emociones,  y continuamos transitando por la experiencia quirúrgica; desde ir más protegidos, a disminuir nuestra sociabilidad y movilidad en esta área, sin familiares que acompañen a los pacientes, etc. Y es que no estábamos preparados para un impacto tan intenso en nuestras vidas personales y profesionales, donde el miedo ha invadido mucho de los momentos experienzados. Por lo que un profesional que nos aporta acompañamiento durante tanta inestabilidad fuera puede favorecer en nuestro sostén interior y en nuestra toma de decisiones. Puede ayudarnos a trascender por estos momentos en un sistema sanitario caótico por la pandemia que busca el constante reequilibrio.